sábado, 16 de agosto de 2008

Mi hora del té

Como creo que ya comenté en alguna entrada anterior, tengo una pequeña web a la que, a pesar de tenerle mucho cariño, he decidido darle descanso eterno ( o, por lo menos, durante muchos años y la moda de los blogs, o algún otro invento nuevo, me lo pongan más fácil). Así que poco a poco voy a ir trayendo a este lugar los contenidos que durante más de seis años me han hecho disfrutar y he podido compartir con muchas almas gemelas.
Y hoy es un buen día para comenzar con ello... ¿os apetece una tacita de té? Pues vamos a empezar a prepararla.
Pequeña Historia del Té
El té apareció hace aproximadamente 5000 años. Varias leyendas rodean el misterio de su origen. Según la más difundida, el té habría sido descubierto por el emperador Shên-Nung alrededor del año 2740 antes de J.C. El Emperador mandó a traer una taza de agua hirviendo y, sentado a la sombra de un árbol de té, se adormeció. Durante su sueño, y mientras se levantaba una ligera brisa, varias hojas se desprendieron y se posaron en el agua hirviendo. Fue así como nació la bebida más bebida después del agua: el té.
Durante varios siglos, los chinos disfrutaron de un casi monopolio de la producción del té, y conservaron esta ventaja guardando preciosamente el secreto de la transformación de la hoja y dando fe a la leyenda según la cuál varios tipos de árboles de té eran necesarios para producir los diferentes tipos de té (negro, verde, blanco, hojas jóvenes, oolong...). En 1610, la compañía holandesa de las Indias Orientales introdujo este producto en Europa pero siguió siendo una bebida rara y cara hasta finales del siglo XVII. Durante el siglo XVIII, su consumo se desarrolló fuertemente. La amplitud de este fenómeno llevó a los gobiernos tanto británico como francés a establecer impuestos sobre este producto. En América del Norte, es precisamente una de estas leyes la que desencadenó el "Boston tea party" que culminó en la guerra de independencia de los Estados Unidos. En 1843, el aventurero y naturalista escocés Robert Fortuno logró demostrar que el té, cualquiera que fuera su color provenía de un solo y único árbol, el Camellia Sinensis.

1 comentario:

Lamardestrellas dijo...

Me da mucha penita que jubiles tu web, pero confío en que trasladarás todo a tu nueva casita. Besotes.