jueves, 23 de septiembre de 2010

Bienvenido otoño. Adiós verano.

Es un lujo que alguien querido te haga un regalo como éste. Una bandeja llena de moras recogidas con mimo durante un paseo por el campo. En el pueblo de la yaya Marisierra la vida transcurre más despacio, con calma. Todo llega más tarde... y las moras brotan casi en otoño. Qué mejor que hacer una rica mermelada "baja en azúcar" para cubrir una tostada en el desayuno o la merienda de otoño.
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2 comentarios:

junebell dijo...

Qué buena pinta tienen esas moras!!! Aquí no crecen, pero el año pasado, cuando estuve en el Bierzo recogí muchas en un paseo por el campo e hice por primera vez en mi vida una mermelada de moras que me encantó. Las confituras caseras siempre son más ricas! :-)

Ático dijo...

madre mia que bueno! eso es un pecado! jajaja... yo suelo tomarla de frutos del bosque,bastante buena, pero esa tiene mucha mejor pinta!!
un saludo!