En nuestra familia siempre hemos vivido la Semana Santa de un modo muy activo, pero también nos gusta adaptarnos a las circunstancias.
Y, como "de los Pirineos p'arriba" las costumbres son otras, nos hemos sumado a la celebración de la Pascua más centroeuropea.
Desde varias semanas antes de Pascua, aún en Carnaval y durante la Cuaresma, el color amarillo de la flor del narciso lo inunda todo.
Comienzan a aparecer gallinas que ponen dulces huevos de chocolate, simpáticas liebres que esconden más huevos en los jardines durante las noches y las campanas repican lanzando huevos a los niños.
Florecen huevos decorados en las ramas de los árboles y se crían pequeños corderitos de dulce bizcocho para ser "sacrificados" el día de Pascua.
Mis chicos mayores han disfrutado enormemente pintando sus propios huevos (algunos de ellos de un modo bastante particular)
5 comentarios:
Nacho dijo:
Simplemente: QUÉ CHULO TODO!!!
Que maravilla, da gusto lo bien que lo pasáis.
Besos
Hola Eva. La verdad es que da gusto ver todo lo que habéis hecho. Yo con mis niños no soy capaz de hacer mucho porque el pequeño es un terremoto y no se centra.
Y la verdad es que eso de los huevos y el chocolate es muy bonito y los niños seguro que han disfrutado de lo lindo.
Besos
Cristina
Gracias por el comentario en mi blog :)
Tus nenes tienen que pasárselo bomba en Pascua!
Y quien no con tantas actividades :)
uuuuii los huevos helados me han robado el corazón jaja
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