Si algún día no me encontráis, buscadme en Gengenbach.
Esta población de Selva Negra me tiene enamorada. Y qué decir de sus alrededores.
Para mí, es una delicia recorrer sus calles y disfrutar de la tranquilidad de las mismas, de esas casas de cuento, de sus proximidades en las que disfrutar de la naturaleza en calma.
Tomar un pedazo de tarta y un café en cualquiera de los lugares que esta villa nos ofrece...
Me enamoré de Gengenbach a principios del otoño, pero, en Adviento, es aún más bonita.
Las 24 ventanas de su Ayuntamiento conforman un calendario de Adviento y, cada día a las 6 de la tarde, se descubre en una de ellas una reproducción de una obra pictórica.
Es un placer recorrer su mercado de Navidad, sencillo y original, muy artesanal... eso sí, bien abrigaditos, que hace un frío que pela.
¿Venís conmigo?
2 comentarios:
Eva, gracias por acercarme un poquito con tus buenas fotos a Gegenbach.
¡uf que bonito, no me extraña que te guste! un abrazo
Publicar un comentario