El tiempo pasa rápido y ya sólo queda una semana para que termine el período de Adviento.
En este tercer domingo ha llegado a nuestro hogar una invitada especial, la Luz de Belén.
Venida desde el lugar donde cuentan que nació Jesús, acudimos a recibirla y compartirla en familia, con vecinos y compañeros de colegio.
Y nosotros, de una forma simbólica, la trajimos, en una vela, hasta nuestra casa.
En la tarde, encendimos las tres velas de nuestra "no corona" (este año hemos reciclado frascos de yogurt, piñas y una sencilla bandeja).
Y también lo celebramos de un modo mucho menos "espiritual", compartiendo un bizcocho en forma de estrella... Ya sabéis que lo mío con los moldes es puro vicio y, esta vez, le toco el turno a uno fabricado en cerámica alsaciana.
En este tercer domingo ha llegado a nuestro hogar una invitada especial, la Luz de Belén.
Venida desde el lugar donde cuentan que nació Jesús, acudimos a recibirla y compartirla en familia, con vecinos y compañeros de colegio.
Y nosotros, de una forma simbólica, la trajimos, en una vela, hasta nuestra casa.
En la tarde, encendimos las tres velas de nuestra "no corona" (este año hemos reciclado frascos de yogurt, piñas y una sencilla bandeja).
Y también lo celebramos de un modo mucho menos "espiritual", compartiendo un bizcocho en forma de estrella... Ya sabéis que lo mío con los moldes es puro vicio y, esta vez, le toco el turno a uno fabricado en cerámica alsaciana.
Para la masa, esta vez probé la receta del Baileys Bundt Cake de Wholekitchen y... mmm... "directamente al espacio estelar".
3 comentarios:
¡Qué cosas más bonitas haces!Un abrazo y otro para ese niño que es como mi niña. Bueno para todos.
Una entrada preciosa, me encanta el bizcocho en forma de estrella, además de rico quedó muy bonito.
Un besazo
Doy fe de que el bizcocho, además de bonito para la vista, estaba riquísimo. Así le va a mi tripa...
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